En una noche de parranda de mis primeras borracheras de mi juventud nos encontrábamos varios jóvenes muy de madrugada ya casi para amanecer y seguíamos en nuestra fiesta, en eso que pasan unas gentes que iban para la misa primera.
Entonces decidimos irnos a nuestras respectivas casas, cuando llegue a la mía pase por un pasillo para orinar, claro sin hacer el menor ruido pase por una ventanita del cuarto de mis padres quienes dormían plácidamente.
Al poner mi mano sentí algo largo que se movió y cayó al suelo pensando que era una víbora agarre una piedra y le pegue y se retorció, después tome una cubeta que estaba a un lado y con la poca luz de la luna, le puse encima la cubeta para que no se escapara.
Al otro día un poco tarde le comente a mi mama, le dije que los había salvado de una víbora y le mostré la cubeta a lo que ni mama me dijo y vimos que en realidad la dichosa víbora era un cinturón que me tenía preparado para mi regreso pero como les gano el sueño me salve yo de una golpiza .