Por Nohemí Rodríguez Mendoza
A veces la vida nos pone personas en el camino,
a veces nos subimos en el mismo vagón de la vida
sin darnos cuenta que quien está al lado podría ser alguien especial para nosotros.
¿Quién iba a pensar que tú y yo subiríamos al mismo vagón en el momento exacto?
ni siquiera yo imagine que con el paso de los días te convertirías en alguien especial,
que podría llegar la primavera con sus flores y sus poéticos abriles y así todas las estaciones de enero a diciembre y tú seguirías siendo más especial que todas ellas.
Porque una sonrisa tuya ilumina más que una estrella en primavera o la luna de octubre,
porque en invierno un abrazo tuyo es más reconfortante que el sol de junio o el calor de una fogata en el polo.
porque eres tú y solo tú todo lo que existe y lo que se ve, no hay máscaras, ni antifaces, no hay más. Y todo lo que muestras es increíble, una sonrisa, una palabra, un saludo.
Que a veces tengo miedo de que te bajes del vagón antes que yo o que sea yo quien se baje después, y no volver a ver tú sonrisa cada mañana, que la alegría y la calma que me transmites se fugue por la ventana como una golondrina fugitiva en abril.
que el abril mismo sea triste.
Que te quiero cada día un poco más, porque descubro buenas cosas escondidas dentro de ti, porque eres un misterio y da curiosidad descubrir que hay más a dentro, que no importa cuánto frio traiga el invierno si existe una compañía como la tuya conmigo.
Que te quiero más por tú sonrisa bonita.
Que a veces te extraño cuando todos se han ido…