Pedro Marín Zárate (escritor y recopilador de material del libro Batiburrillo
La tradición es la música, el baile, la danza, los cantos. Los ritos en las celebraciones profanas y religiosas son otras tantas manifestaciones de cultura y tradición de los pueblos. Aquí está implícita una filosofía, una forma de entender la vida, de dar una explicación a fenómenos naturales y espirituales, basado en un conocimiento ancestral que obedece a una lógica y a una observación, siguiendo sus propias leyes. El conocimiento nuevo, no elimina al anterior, no lo anula, lo supera y lo complementa y desde esta lógica, el legado cultural, encierra un saber vivo.
La comida es una tradición. Cada comunidad, cada región, cada hogar tiene su particularidad al respecto.
Se habla de costumbres como de una herencia: aprendí de mi mamá, lo hacía mi abuela, me enseñó una señora que ya murió.
Ahora ya poco o nada de esto se hace. Las personas que lo saben no abundan, no es fácil, tiene su chiste.
Si no se hace esto o aquello, da otro sabor.
Es común escuchar a personas portadoras de una tradición culinaria, un platillo o simplemente, un huevo con salsa, algo que parece tan simple, tiene su secreto. En cuanto a la cocina no es sólo seguir la receta puntual en un platillo, un guiso y hasta un taco.
Esto va al parejo con los enseres de la cocina tradicional, refiriéndonos al campo y su tradición culinaria.
Cada vez más se están relegando a piezas de museo, el metate, el molcajete (con su mano y tejolote), el comal, la olla, la cazuela de barro, el fogón de piedra y lodo, el tenate o chiquigüite.
El vestuario tradicional es otro legado de valores que al igual que la cocina, está corriendo la misma suerte.