«Posicionamiento del Grupo Parlamentario del PAN ante la Toma de Protesta de Claudia Sheinbaum como Presidenta de México»

Versión de la intervención de la coordinadora de las y los senadores del PAN, Guadalupe Murguía Gutiérrez, al emitir el posicionamiento de su Grupo Parlamentario, durante la sesión de Congreso General para la toma de protesta de la ciudadana Claudia Sheinbaum Pardo como Presidenta Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos

Con el permiso de la Presidencia.
Compañeras y compañeros legisladores; invitados a esta ceremonia republicana: Hoy llega una mujer a la Presidencia de la República, después de 71 años que nos fue reconocido el derecho a votar y ser votadas.
Hoy es el tiempo de la mujer mexicana, aquella que, con su esfuerzo, su perseverancia, representa una parte fundamental de la historia nacional, por ello, felicito a la Doctora Claudia Sheinbaum y espero, espero que su llegada a la Presidencia de la República represente mejores tiempos para las mujeres de nuestro país.

Confiamos en que hará valer su autonomía y cumplirá su propuesta de gobernar para todas y todos los mexicanos.
Y no puede ser de otra manera, la primera Presidencia de una mujer no sólo puede ser diferente, tiene que ser mejor, sino no tendría sentido la lucha de tantas generaciones de mujeres por alcanzar espacios de decisión.
En política sólo hay algo peor que acabar con la crítica, que es no tener autocrítica.

Y en el balance de estos años, habrá cosas que mantener, otras que mejorar, y muchas otras que cambiar de fondo.
La democracia es el mejor sistema de gobierno, porque se reconoce que no es infalible, y por eso establece contrapesos.
La división de poderes, los órganos autónomos, la libertad de prensa, son mecanismos de autocorrección. Si queremos un gobierno fuerte, los contrapesos tienen que ser fuertes.

La historia se repite para quien no quiere aprender de ella. En México no hay cabida para caudillos ni para maximatos. No queremos una Presidenta tutelada.
La fuerza del voto se expresó en las urnas y nos ha enseñado una vez más, que en democracia nadie gana todo y tampoco nadie pierde para siempre.
Señoras y señores: Hoy termina una de las épocas más oscuras del país, la nación está dolida, tiene miedo, está de luto.

Los datos son contundentes, no hay otros datos, la realidad es terca: Una deuda de 6.6 billones de pesos, la más alta de la historia; un déficit de 6 por ciento: insostenible; el peor crecimiento económico en 35 años; 200 mil ejecutados; 120 mil desaparecidos; 92 por ciento de los delitos no se denuncian.
La política de “abrazos y no balazos” ha traído violencia e impunidad.
Aún más, el Estado ha sido omiso en cumplir su función esencial y primaria de brindar seguridad a toda la población.

En seis años, no ha podido resolverse el grave desabasto de medicamentos.
Y por si esto fuera poco, nuestra incipiente democracia se encuentra gravemente herida, se enfrenta a una mayoría artificial, que la ciudadanía no le otorgó al oficialismo en las urnas, se la regalaron las autoridades electorales.
Este es el saldo innegable de un país en quiebra financiera y en quiebra moral.
La presidenta Sheinbaum tendrá ante sí dos enormes retos: El primero, poner en orden al país; el segundo, lograr la unidad y la reconciliación nacional.
Se necesita concordia para generar desarrollo y desarrollo para que las familias puedan vivir mejor.

Coincidimos en el afán prioritario de buscar la justicia social a todas y todos, pero creemos que la verdadera justicia pasa necesariamente porque los abrazos sean para las víctimas y no para los criminales.
Nosotros sí creemos que la ley es la ley; nosotros aspiramos, sí aspiramos a conformar un gran país de clase media, en donde sea indispensable que nadie sea despojado de lo que legítimamente ha ganado, y que todos trabajemos para sacar a millones de mexicanos de la pobreza.
No hay nada más digno que contar con un empleo formal, bien pagado, con seguridad social y acceso a una pensión.

Los enemigos de México no somos las oposiciones, los enemigos de México son la violencia, la inseguridad, el miedo, la enfermedad, la pobreza, la falta de oportunidades. Juntos, juntos podemos derrotarlos.
Los mexicanos merecemos iniciar una nueva etapa, en donde no haya ni etiquetas ni descalificaciones, no somos un país homogéneo, por eso pedimos a la presidenta Sheinbaum que gobierne para todos, hasta para elegir a la comisión de cortesía en esta ceremonia, que respete la pluralidad, que apoye por igual a todos los gobiernos estatales y municipales, que revalore la eliminación de los órganos autónomos y que se oponga, sí, que se oponga a que las fiscalías sean utilizadas para amedrentar a quien piensa diferente.

Somos la principal oposición y somos la resistencia del país.
Cuenten con nosotros para todo aquello que sea para el bien de los mexicanos, somos una oposición responsable y constructiva.
Estamos dispuestos a colaborar para sacar al país de la grave crisis en la que se encuentra, producto de la política de las ocurrencias y la sinrazón.
Iremos por el diálogo; iremos por la búsqueda de acuerdos; iremos por un país con contrapesos.

Sabremos defender nuestros valores; sabremos dar a las familias protección y a los hogares la prosperidad a la que aspiran.
Presidenta Sheinbaum: Acción Nacional extiende su mano porque por encima de todo está México.
Usted, usted presidenta Sheinbaum puede cambiar las cosas, de usted depende la última palabra.
Es cuanto.

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