Por Víctor Manuel Sánchez Bandala
Resulta cada vez más inevitable la actuación incontrolada de la gente de la región serrana del estado de Querétaro ante los hechos que la autoridad ha sido incapaz de resolver con prontitud, certeza y confiabilidad.
Al menos en los dos últimos años, la población enardecida y harto cansada del abuso de ladrones se toma por su propia mano la “justicia” que las autoridades han demostrado ser incapaces de atender.
Los cuerpos policiacos preventivos municipales de la zona norte del estado, tendiendo la oportunidad inmediata de servir lo hacen de acuerdo a la capacidad logística con que cuentan, incluso actuando de forma rápida y eficiente en muchos de los casos, cuando existe la denuncia correspondiente.
La actuación de estas corporaciones municipales, por su inmediatez contrasta con la burocrática lentitud de la Fiscalía General del Estado de Querétaro que casi siempre antepone, supuestamente para actuar la norma legal y jurídica vigente en la Entidad.
En efecto la Fiscalía General del Estado de Querétaro no satisface la confianza y credibilidad de la población que ve como ladrones y pillos “hace de las suyas” sin que nada ni nadie ponga orden o imponga justicia.
De qué sirve presentar denuncias si la autoridad correspondiente no logra imponer castigos o sanciones a lo infractores, muchas veces bien identificados o señalados por la no poca gente afectada.
Las leyes vigentes han impedido que se castigue a quienes con asombroso cinismo actúan sin la menor preocupación, “al fin que la ley está hecha para que no pase nada”, reclama públicamente la comunidad serrana.
Frente a esta situación, es creciente el malestar casi incontrolable de la gente de la zona norte del estado que a punto esta de cometer delitos graves en defensa y resguardo de su seguridad, patrimonio y dignidad social.
Ya este fin de semana se dejó testimonio de lo anterior en la cabecera municipal Jalpense, por segunda vez en dos años, cuando un presunto ladrón fue expuesto, golpeado y desnudado por docenas de ciudadanos hartos de los ilícitos cometidos por esa misma que gente que con alto cinismo roban y saquean el poco patrimonio de la población.
Urgen reformas a la ley que verdaderamente impongan castigos y sanciones severas a quienes de forma cínica y descarada hacen de las suyas burdamente sin el menor temor a la aplicación de la ley. Antes de que la comunidad se haga justicia por su propia mano.