La Sierra Gorda queretana acrecienta su empoderamiento como destino turístico nacional e internacional y como un reducto reconocido de protección de alta biodiversidad natural.
Más allá de los discursos errados de uno que otro candidato partidista que se atrevió a ofrecer para la región serrana, la creación de fuente de empleo a través de la instalación de algún tipo de industria, la verdadera vocación se va concentrando en la prestación de servicios como origen de ingresos para la gente de la zona.
Aunque se han desarrollado algunas acciones para la creación de proyectos turísticos por parte de las autoridades, sin lugar a duda falta mucho por hacer, sobre todo en la diversificación de servicios que garanticen una estadía satisfactoria para el visitante.
La oferta turística es cada vez más amplia y diversas en la zona norte del estado, sin embargo, dicho por el turismo mismo, se sigue careciendo de servicios que complementen una buena atención.
Por ejemplo, las falta de servicios sanitarios en las cinco Misiones san franciscanas, uno de los principales atractivos que ofrece la Sierra Gorda queretana es una clara muestra de las no pocas fallas que se deben atender, sobre todo sabiendo que son parte de los recorridos tradicionales del turismo nacional e internacional.
Los responsables de promover el turismo a nivel estatal, han descuidado ese tipo de servicios y tampoco las autoridades religiosas encargadas de los templos mencionados hacen nada por ofrecer los servicios sanitarios que recama el visitante.
Por otra parte, la venta inmoderada de bebidas embargantes en varios atractivos turísticos de Pinal de Amoles y Arroyo Seco, como son río Escanela y Las Adjuntas, por ejemplo causan efectos negativos en el turismo familiar.
Es precisamente, sobre todo en Río Escanela donde los “guías de la comunidad” ponen el mal “trabajando” en casi total estado de embriaguez, ejemplo, sin que ninguna autoridad ponga orden al respecto.
La Sierra gorda queretana, no puede seguir siendo promocionada torpemente para recorridos en cuatrimotos o vehículos de alto impacto por rutas no controladas, ya que además de generar mucha contaminación alterar la estabilidad de los ecosistemas de la región.
Es ya el momento de que el turismo se convierta en el máximo detonante de la economía regional, pero lejos de una política ajena al cuidado del medio ambiente y sin una visión de servicio como lo reclama el creciente número de turistas que acuden a las Misiones Juniperianas, por ejemplo.