Por Nohemí Rodríguez Mendoza
Me gustan tus ojos, tú boca, tú nariz, tú cara y tú sonrisa,
¡Dios! no hay en el mundo sonrisa más hermosa que la de tus labios.
Abril solo es bonito porque tiene tú sonrisa,
y el olor de tú piel,
y te tiene a ti sonriendo por doquier;
en la calle, en tú aposento, en el trabajo, en el mercado…
y así siempre sonriendo para la vida, para la gente, para los días buenos y malos…
¿qué más podría pedir abril?
si ya lo tiene todo con tú sonrisa y el olor de tú piel.
Y yo quisiera ser como abril para tener tú sonrisa y el olor de tú piel
y hacer de ello un refugio,
y tener esa sonrisa tuya todas las estaciones del año,
y así, aunque llegará el invierno
ni los copos de nieve podrían apagarme tú sonrisa,
porque tú sonrisa es ola que arrastra,
mar que envuelve
y lluvia que abraza.
Y pasan los días y a mí me siguen gustando tus ojos, tú boca, tú nariz y tú sonrisa,
y si pudiera robarle algo a abril le robaría tú sonrisa y el olor de tú piel,
o por lo menos le robaría un abrazo tuyo, o un beso, o el silencio de tus pasos en la acera,
pero le robaría algo tuyo, algo que yo pudiera tener,
Para no extrañarte tanto.
Y pasaran los días, los meses, las estaciones del año y a mí no me dejaran de gustar, tus ojos,
Tú boca, tú nariz, tú cara, tú cuerpo y el olor de tú piel, pero más tú sonrisa…