Faustino Armendáriz Jiménez
El Evangelio de este domingo es el único que destaca el
miedo de los discípulos después de la muerte de Jesús, en el que se destaca
algo tan lógico, y se ofrece el detalle tan visivo de la puerta cerrada. Acaban
de matar a Jesús, lo han condenado por blasfemo y por rebelde contra Roma. Sus
partidarios corren el peligro de terminar igual. Además, casi todos son galileos,
mal vistos en Jerusalén. No será fácil encontrar alguien que los defienda si
salen a la calle.
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