- Durante los casi cinco meses que duró la filmación (basada en una historia real) allá por el pueblo serrano de Neblinas de Guadalupe, Landa de Matamoros, Qro., directivos, actores y trabajadores de producción de la película, fueron cautivados por “Café Virginio”, aromático que lleva el nombre de su reconocido productor cafetalero, don Virginio Gracia Ramos.
- La enorme inspiración que se logra captar a través de las escenas de esta reconocida película, dirigida por Tatiana Huezo sobre la alfombra majestosa de la naturaleza del lugar, emergen de la animosidad, atención y cariño que mostro la comunidad entera de Neblinas de Guadalupe hacia los visitantes de cine.
El Aguacate de Neblinas de Guadalupe, Landa de Matamoros, Qro. En medio de los aplausos, lejos, muy lejos del ambiente citadino, a más de 400 kilómetros de la capital del país (Ciudad de México), a dos semanas de camino de fe Guadalupana, (de la capilla de esta comunidad serrana a la Basílica de Guadalupe), la película Noche de Fuego, lleva en sus entrañas la calidad de la gente y el rico aroma del famoso café de sus barrancas y cañadas.
En la pequeña finca “Los lavaderos”, propiedad y orgullo de don Virginio se aprecia el cuidado y esmero con que se trata las plantas de café en distintas variedades, incluyendo el café Oro, café Pergamino, Oro Azteca, Borbón y Caturra y criollo a aproximadamente 930 metros sobre el nivel del mar.
Es precisamente de esta finca, trabajada desde hace tres generaciones por la familia paterna de don Virginio Gracia Ramos donde nace, crece y se produce el café que “embrujo” a los visitantes que realizaron la producción de la película “Noche de Fuego”, de enero a mayo del 2019 en esta apartada región del norte del estado queretano. Como se sabe, Noche de Fuego (2021) es una película de una mujer talentosa como lo es de Tatiana Huezo, con temática fuerte.
El filme nos presenta a tres niñas, María, Ana y Paula. Ellas viven en un pueblo de Guerrero que es dominado por el crimen organizado, por lo que sus mamás se ven obligadas a disfrazarlas como niños, para evitar que sean secuestradas por algún grupo armado.
La trama está basada en el libro “Ladydi” de Jennifer Clement, en donde se retrata la vida de las niñas en Guerrero, lugar en el que –para evitar que se las lleven los narcotraficantes– les cortan el cabello, privándolas de su feminidad para que parezcan hombres y no corran tanto peligro.
Cabe hacer notar que, aunque se trata de una ficción, la historia sin duda está basada en la situación real que atraviesa el estado de Guerrero (como tantos otros) desde la guerra contra el narcotráfico en México, de hecho, todo surgió por una charla con personas de la comunidad.
Es pues apropiado, además de resaltar la calidad de la película y trabajo de todos sus participantes, incluyendo a docenas de “anónimos actores extras” de la región, hacer notar la siempre animosa actitud de la comunidad, apoyando en todo lo posible, ofreciéndoles a los visitantes hospedaje y alimentación. Desde luego el excelente café de don Virginio, “Café Virginio”, quedo grabado en el grato recuerdo de una filmación en la serranía. (vmsb)