Si te preguntas qué tiene de saludable una esponja vegetal, te diremos que mucho. En primer lugar, su producción no implica la contaminación del ambiente, como sí sucede con las esponjas sintéticas muchas veces derivadas del petróleo.
Además de esto, las esponjas vegetales poseen una serie de beneficios prácticos y medicinales para nuestra vida. Comenzando por su mayor rendimiento y calidad de fregado, que permite limpiar tanto el cuerpo, la vajilla o para lo que se la utilice, de una forma más eficiente y más duradera, por lo que también implica un ahorro económico, ya que por cada esponja vegetal que utilicemos, necesitaríamos varias de sus pares sintéticas.
Con respecto a la salud, utilizadas en el baño, las esponjas vegetales constituyen un excelente exfoliante natural que permite eliminar callosidades y tejido muerto de la piel con el simple hecho de frotarla suavemente. Además, su aplicación permite despejar los poros de la piel, y genera un estímulo en la circulación sanguínea y puede colaborar a dispersar la celulitis.
Cómo utilizar las esponjas vegetales en el baño
Si la piensas utilizar como esponja de baño, solo debes emplearla como a una esponja normal, cuidando de no presionarla demasiada contra tu cuerpo. Además, tienes la opción de escoger entre esponjas gruesas, ideales para las rodillas, talones y codos, o de texturas más suaves para el resto del cuerpo, teniendo precaución con las partes especialmente sensibles, como el rostro.
Luego de uso, enjuaga la esponja en una solución de agua con un poco de bicarbonato, y déjala secar para eliminar la humedad y cualquier foco de bacterias.
Inténtalo, de seguro notarás la diferencia y verás que tu piel adquiere una apariencia más saludable.