Acabar con el estrés de nuestras vidas, significa reconectarse nuevamente con nosotros mismos, dejar un poco de lado el mundanal ruido y volver a “nuestra esencia”.
Recomendaciones:
Recupera tus vínculos: pasar tiempo con tu pareja, hablar con tus padres, tomar algo con los amigos, escuchar a tus familiares, las relaciones íntimas y cercanas mejoran la presión arterial, reducen los niveles de estrés, ansiedad, reducen la sintomatología depresiva, y como este tipo de patologías propician enfermedades corporales o disminuyen su recuperación, las buenas relaciones también contribuyen a prevenir o recuperarse del cáncer, entre otras afectaciones.
Y desecha a las personas tóxicas. Si el estrés genera enfermedad, las personas que te estresan tienen esa capacidad. Deséchalas y no sufras por ello, al final es tu salud y tu vida las que están en juego.
Desecha tus problemas: muchas veces las cosas del pasado, nuestros traumas, nos persiguen y molestan. Deséchalos.
Vive el presente: El cerebro se agota y se estresa cuando tiene que estar pensando constantemente en qué debe hacer, qué no hizo, obligaciones, preocupaciones… PARA, RESPIRA, CONECTA CON EL AQUÍ Y AHORA, con tu respiración. Y no temas postergar las cosas que no te agradan.
Cuida tus emociones: Una cosa es vivir las emociones de forma pasajera, y otra quedarse “anclado” en ellas. Emociones como la ira, la tristeza, la ansiedad o el miedo, cuando se sostienen indefinidamente, producen alteraciones en nuestra salud como dolores de cabeza, enfermedades arteriales, trastornos digestivos, etc. No solo porque cambian nuestras respuestas fisiológicas dañando nuestro cuerpo (hipertensión, elevación de la frecuencia cardíaca, etc.) sino porque nos alejan de las conductas de salud (buena alimentación, deporte, relaciones sociales) y de las emociones positivas o placenteras.
Cuida tu alimentación: pero no a forma de dieta, sino como estilo de vida. Alimentos vegetales como base para una dieta sana son fundamentales.
Practica deporte: libera endorfinas, por lo tanto, felicidad. Correr, nadar y sobre todo, aquellos que conectan con tu interior, como el yoga o el tai-chi, pueden ser grandes opciones para volver a recuperar tu paz interior y cuidar tanto tu mente, como tu cuerpo.
Vive de acuerdo a tus principios: vivir en base a lo que nos dicen otros o lo que dicta la sociedad genera estrés y tristeza, por lo tanto, enferma nuestro cuerpo. Tener valores, principios y vivir en torno a ellos, sintiendo que cada objetivo que das está de acuerdo a un fin, te hará sentirte más valioso y sobre todo positivo frente a los problemas de la vida.