Querétaro. En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, la rectora de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), Dra. Teresa García Gasca, manifestó que en lo que respecta a garantizar la igualdad de derechos entre los sexos, todavía queda mucho por hacer; y lamentó que una de las brechas más importantes sea en el desarrollo profesional.
“Tenemos, por ejemplo, que el porcentaje de estudiantes mujeres supera al de los varones; pero conforme avanza el grado de responsabilidad y de la posibilidad de ocupar cargos de toma de decisiones -no sólo a nivel universidad, sino nacional e internacional- el número de mujeres disminuye muchísimo. Entonces, cuando tenemos cargos que implican toma de decisiones en el ámbito científico, académico, político, es muy limitada la participación del género femenino. Por decir algo, de las 35 universidades públicas en México, sólo hay tres rectoras”, apuntó la Dra. García Gasca.
“Eso tiene que ver con la educación. Hay que trabajar en cambiar la formación patriarcal y llevarla a una de equidad de género, para romper con los estereotipos. Esto significa, por un lado, empoderar a las niñas para que se visualicen exitosas y logren alcanzar sus metas; y, por el otro, enseñar a los niños que, por ejemplo, en el cuidado de la familia debe haber un rol compartido. Porque de lo contrario, el crecimiento de la mujer se detiene, al tener que responder a esta actividad, pero sin encontrar igualdad de obligaciones”, manifestó.
Durante 2018, de los 17 mil 849 jóvenes que aspiraron a ingresar a la UAQ, el 59 por ciento fueron de sexo femenino. Del total de las mujeres que aspiraron, el 36 por ciento ingresó, mientras que el 41 por ciento de los aspirantes hombres lo logró.
De la matrícula universitaria, el 56.39 por ciento de estudiantes pertenecen al género femenino. La unidad académica con mayor distribución de mujeres es la Facultad de Psicología, con un 78.25 por ciento. Seguida por la Facultad de Lenguas y Letras (71.51 por ciento); la Facultad de Enfermería (69.28 por ciento); la Facultad de Ciencias Naturales (65.64 por ciento) y la Facultad de Medicina (61.29 por ciento).
Mientras que las Facultades de Informática e Ingeniería son las que reportan menor población femenina, con el 20.52 y 35.95 por ciento, respectivamente.
En lo que respecta a los docentes, el cuerpo académico de la UAQ está integrado por 2 mil 674 profesores, de los cuales el 57 por ciento son hombres y el 43 por ciento, mujeres. Mientras que el personal administrativo está compuesto por mil 851 trabajadores, de los cuales, el 56 por ciento son mujeres.
De las 13 facultades que conforman a la Máxima Casa de Estudios del estado, siete están dirigidas por mujeres: Ciencias Naturales, Ciencias Políticas y Sociales, Enfermería, Filosofía, Lenguas y Letras, Medicina y Química.
“Considero que la UAQ tiene una dinámica equitativa entre hombres y mujeres, estamos bien enfocados en el trabajo que tenemos que hacer en el tema de equidad. Las direcciones de las Facultades están en un 50 y 50 por ciento; lo que demuestra que el ser mujer no es un obstáculo para llegar a ocupar cargos de toma de decisiones al interior de la Universidad; pero sí vemos este obstáculo en otros niveles, por ejemplo, en el Sistema Nacional de Investigadores, en donde hay una predominancia de hombres, porque las mujeres tienen que frenar su crecimiento muchas veces por atender a su familia”, añadió la Rectora.
La Universidad ha estado trabajando en los temas de equidad de género a través de Género UAQ; el Programa Universitario de Derechos Humanos; y la elaboración del Protocolo de Atención a la Violencia de Género. Así mismo, con la Estancia Infantil UAQ, que atiende a hijos de estudiantes; y también se cuenta con las becas para madres solteras, explicó la Dra. García Gasca, quien apuntó que, por ejemplo, un rubro en el que actualmente se tiene interés es en proteger la vulnerabilidad de las estudiantes mujeres indígenas de los campus regionales, en particular de Amealco y Cadereyta.
“Hay que permitir que las mujeres logren su desarrollo profesional a través de sus capacidades, de tal suerte que no haya obstáculos que impidan que la mujer avance, trabajar para eliminar los estereotipos y la violencia normalizada. Es un proceso cultural y educativo, el que tenemos que llevar a cabo”, puntualizó.