Por Sebastián Dosal Maroto
«La guerra no sólo trae desolación, también conlleva mucha destrucción, y más cuando es de amor pues se presta a una diferente interpretación,
La pasión llena los ríos de sangre pura, derramada por los corazones que en ellos llevan una ruptura,
Yo subo la cima esquivando balas mientras veo morir a mis compañeros que han sido atravesados en sus alas
Te veo a lo lejos posada en lo más alto, como si te tratases de una luna de cobalto,
Corro hacia ti ohh querida mía!
Mientras por mi mente pasan cosas que antes no comprendía,
En la mano llevas una granada de sonrisas,
que podría acabar la guerra entre alegorías y risas,
Escucho a lo lejos las sirenas de los aviones,
E inmediatamente me doy cuenta que tengo un buen par de cojones,
Porque a pesar de saber que puedo morir aquí,
no dejo de luchar por llegar hasta ti,
Muchas vidas se perdieron, se pierden y se perderán en el camino,
Pero hasta no convertirme en tu destino
No dejaré de pelear contra este remolino.»