- Las Instituciones que se dedican a la concientización sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, no solo en el estado sino en todo México cuentan con un problema en común que no permite que sea una realidad la disminución de la violencia contra la mujer, la falta de un programa para educar a los hombres como contraparte.
Por Misael Sánchez Ramírez
El problema de la violencia que ejercen los hombres y la sociedad contra las mujeres ha ido evolucionando, la historia nos relata pasajes en donde mujeres han hecho frente a la opresión sufrida por la sociedad, encabezada por los hombres para violentar y asesinar a las mujeres, en nuestros días la situación no ha cambiado, y pese a la existencia de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, en nuestra sociedad actual no se ve ningún cambio, pues los feminicidios siguen ocurriendo y los protocolos se ven rebasados.
En nuestro estado existe el Instituto Queretano de las Mujeres, organismo que cuenta con trabajo en los 18 municipios del estado, pero con énfasis en la ciudad capital, en donde muchas de las acciones se quedan en los municipios de la zona metropolitana, dejando un gran territorio a merced de la violencia, tal es el caso del municipio de Landa de Matamoros, en donde se registró en este mes de diciembre la muerte de una mujer, y que hasta el momento el caso es investigado por parte de la autoridad correspondiente.
El problema es que estos Institutos en todos los municipios no cuentan con el suficiente recurso económico por parte de las administraciones municipales, derivado de las mil problemáticas que tienen y muchas veces con los compromisos propios de cada edil, aunque ya mencioné en este texto la Ley General que protege a las mujeres y que entró en vigor desde el 1° de febrero del 2007.
Adicionalmente, los programas de concientización que están vigentes cuentan con un problema muy grande, no tienen retroalimentación, sus sistemas de resultados se basan en el numero de mujeres que reciben la teoría, no reflejan un cambio en el paradigma de la vida que llevan, si a eso le sumamos que los hombres no están siendo atendidos y que ellos no reciben la capacitación necesaria para cambiar el trato que le dan a las mujeres, es por ello que la problemática no desaparece y mucho menos se alinea con el objetivo de la erradicación, prueba de ello es que siguen ocurriendo feminicidios y la mujeres en el semidesierto y la sierra gorda sigue siendo violentadas.
La sororidad no existe entre las instituciones, los resultados son evidentes, puesto que pasan los años, concluyen periodos, entregan informes anuales de gobierno y las cifras no han cedido ante el supuesto trabajo que se presume.
Hoy la sierra gorda esta manchada nuevamente de sangre, sangre de una mujer más, que pueda ser familiar de cualquiera y que no tenemos respuesta, no quisiera pensar que es un fenómeno que al contrario de disminuir vaya en aumento, o lo peor, que se normalice, la violencia contra la mujer y los feminicidios.
Lo cierto es que es tarea de todos generar esa conciencia, pero urge el trabajo con los hombres, para que dejen de ver a las mujeres como sus esclavas para todos sus deseos, y que empiecen a admirar a las mujeres como individuos al mismo nivel en todas las áreas, en tanto los hombres no reciban esa campaña de concientización las cosas no van a prosperar, por mucho que adoctrinen a las mujeres de sus derechos, quienes los tienen que entender son los hombres.