Por José Ricardo Sánchez
Mujer morena, desde donde me buscas,
me gustan tus manos que acaricio como
si besara una probabilidad de ganar la lotería.
Te has quedado en mi alma.
No eres mía, solo estas hecha a la medida de mis manos,
con ellas te construiré un mundo…
con ellas te construiré un mundo…
Mujer, señorita yo no quiero que seas para mí,
nomás busca entre mis sueños
un espacio para que te quedes aquí.
Te contemplo, busco la huella que
deja mi piel sobre tus muslos,
yo no te quiero, yo te necesito tiernamente
para no morir, para calentar tus pies fríos.