- El Dr. Alonso Hernández Prado realiza investigación histórica sobre el organista de la Catedral Metropolitana, el franciscano Fray Martín de Crucelaegui nacido en 1720 en el País Vasco, y llegado a la Nueva España en 1770.
Querétaro. El investigador, músico y Profesor de Tiempo Completo de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), Dr. Alonso Hernández Prado, trabaja en el rescate histórico de la obra del compositor franciscano Fray Martin de Crucelaegui, nacido en 1720 en el País Vasco, y llegado a la Nueva España en 1770, para ser organista de la Catedral Metropolitana.
Las composiciones de Crucelaegui, señala el académico adscrito a la Facultad de Bellas Artes de la UAQ, no han sido valoradas o difundidas, a pesar de que representan un importante hito en la historia de la música sacra de la época del virreinato.
“El ser organista de la Catedral Metropolitana era un puesto muy importante y le permitió estrenar ahí muchas de sus obras. Mi labor es rescatar la obra, ordenar su biografía y hacer un catálogo de ésta. Y otra cosa que voy a hacer yo es publicar una de sus obras representativas y esto lo hago para que ya las orquestas lo puedan tocar; es música que no se ha tocado en más de 250 años. Pero con la edición que yo haga, ya se va a poder tocar. Es una música muy bonita, hay Te Deums, hay Dixit Dominus, hay misas y varias cosas de él”, manifiesta en entrevista el Dr. Hernández Prado.
“Crucelaegui es un personaje importante para la música en México y creo que es momento de darlo a conocer”, acotó el investigador.
Titulado como contrabajista en el Conservatorio Nacional de Música, el Dr. Alonso Hernández Prado estudió la Maestría en Música en Yale University, el programa Graduate Diploma en New England Conservatory, y el Doctorado en Arte en la Universidad de Guanajuato.
Como contrabajista ha sido miembro de varias orquestas del país, tales como la Sinfónica Carlos Chávez, Filarmónica de Acapulco y la Sinfónica de la Universidad de Guanajuato.
En los Estados Unidos formó parte de la “Boston Civic Orchestra” y la “Longwood Symphony Orchestra”. Además, fue integrante de la Orquesta Filarmónica de Querétaro (en la que fungió como principal de la sección de contrabajos por doce años) y de la Camerata “Santiago de Querétaro”.
“Fray Martín de Crucelaegui es un compositor importante en la Nueva España, uno de los más relevantes en la historia de la música en México. Hizo mucha producción musical, aproximadamente dejó 20 composiciones, repartidas entre la Basílica de Guadalupe, el Convento de la Santísima Trinidad en Puebla, y el templo de San Francisco, en Celaya, Guanajuato”, apunta el investigador, quien manifiesta que con la ayuda de microfilminas que se encuentran bajo resguardo del Instituto Nacional de Antropología e Historia, ha podido encontrar, traducir y editar partituras del Fraile Crucelaegui, de modo que puedan tocarse en la actualidad por una orquesta.
“Se trata de hacerlo de la manera más fidedigna posible. Las obras son a puño y letra de hace 250 años, su caligrafía es muy burda, hecha con tintero. Si se pusiera a los atrilistas así tal cual como se escribió, sería muy difícil que lo tocaran, los intérpretes tendrían que hacer un doble esfuerzo. Lo que yo hago es transcribir la obra en un programa de música, y a veces salen cosas que no se usaban en la época, que pueden ser error del copista o del propio Crucelaegui. Pero ya conociendo el contexto de la música virreinal puedo transcribir estas obras haciéndole los ajustes que por cuestión de transcripción o de error de dedo se han perdido”, expresa el Dr. Hernández Prado, quien indica que el compromiso con la UAQ es editar una obra, aunque él se ha fijado el objetivo de terminar tres composiciones del franciscano.
Además de su investigación sobre la música de Fray Martin Crucelaegui, el Dr. Hernández Prado recibió un encargo de la Universidad Católica de Nicaragua para presentarse en una videoconferencia a mediados de septiembre, en la que explicará algunos vínculos culturales entre México y Nicaragua.
Específicamente sobre cuatro principales ejes: la presencia del pueblo Maya en ambos países; el virreinato como factor común; el proyecto de unificación bajo el imperio de Agustín de Iturbide; y ya en la época contemporánea, la colaboración con el nicaragüense Abraham Delgadillo con el maestro Emmanuel Arias, compositor que actualmente radica en Querétaro.
Esta conferencia se convertirá posteriormente en un artículo, probablemente editado por la misma Universidad Católica de Nicaragua.