Es tiempo de imponer orden e impartir justicia hoy cuando se observa que la imprudencia y negligencia de algunas personas pone en riesgo el equilibrio y seguridad ambiental de nuestra Sierra Gorda queretana.
El nefasto, hasta ahora, incendio forestal registrado en la zona norte del estado, allá por san Juan de los Duran, El Cañón y Valle Verde, Jalpan de Serra, presuntamente provocado por la quema intencional para darle cabida a la actividad ganadera, es a todas luces una acción(y actitud) que exige “mano dura” ante el grave daño ambiental causado.
Independientemente de la necesidad de algunas personas por salir adelante, en este caso a través de la actividad ganadera, resulta mas que evidente que la vocación natural de la Reserva de la Biosfera Sierra Gorda no es precisamente ganadera, situación que se ha expresado e informado largamente en la región serrana.
Sin embargo, pese a esto, hay personas que escudándose en una noble actividad como es la ganadería, provocan y promueven incluso, la quema de tierras de bosque para “meter su ganado”, repito en lugares que no son aptos para esa actividad productiva.
Gran parte de la Reserva de la Biosfera Sierra Gorda no es una zona idónea para la actividad ganadera, sobre todo en las áreas de amortiguamiento o llamadas núcleo que requieren de un especial cuidado, protección, atención y preservación ambiental.
En este contexto, el reciente incendio que ha llamado mucho la atención, no sólo por la importante movilización institucional y social para combatirlo, merece la intervención de las autoridades ambientales y judiciales para sancionar y castigar, incluso de forma ejemplar a quienes de forma brutal e inconsciente se empeñan en hacer quemas para meter su ganado donde no hay cabida para ello por la falta de insumos y agua, por ejemplo.