Contadas por José Hurtado
En una tarde en tiempo de los moles y los chocolates de las danzas del Arcángel San Miguel se fueron Laurita y su hija Lupita al chocolate y como todas las personas llevaban su cubetita para traerse su chocolate a su casa.
Casi para regresarse, Laurita traía su chicharrón en una mano y en la otra su cubetita con su chocolate y su niña Lupita por delante; en eso Laurita resbalo cerca de un panal de avispas eso sí sin soltar su chicharrón y menos su cubeta de chocolate.
En eso la niña corrió hacia arriba y salió la abuelita de la niña y dijo sin querer: “no vayas a tirar el chocolate”, en eso un niño se acercó con cuidado y recogió la cubeta y se fue de inmediato y le dijo a la abuelita: “yo ya salve el chocolate ella que se salve como pueda”.