Este 17 de mayo se conmemoran 33 años desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales.
Desde entonces, esta fecha se celebra como el Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia, con el objetivo de fomentar una cultura de inclusión, denunciar la discriminación y avanzar en el reconocimiento de los derechos de las personas LGBTIQ en todo el mundo.
A pesar de los avances, la discriminación contra personas no heterosexuales sigue siendo una realidad cotidiana en México.
Según la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS) 2017, el 33% de las mujeres y el 41% de los hombres no aceptarían a una persona trans en su hogar; asimismo, el 30% de las mujeres y el 35% de los hombres no aceptarían a una persona homosexual.
Siete de cada diez personas de la comunidad, han expresado haber sufrido discriminación, lo que subraya la necesidad urgente de impulsar políticas de inclusión y reconocimiento.
En México, la discriminación por razones de raza, sexo, religión, y nacionalidad, entre otras, está sancionada.
México es el segundo país de América Latina con más asesinatos de personas trans, solo superado por Brasil.
Entre 2007 y 2017, se registraron 422 transfeminicidios, según el Centro de Apoyo a las Identidades Trans.
Los transfeminicidios son el resultado de estructuras económicas y culturales que estigmatizan, precarizan y marginan a las personas trans.
Estos crímenes reflejan la violencia misógina contra la comunidad LGBTIQ manifestada diariamente en la discriminación en espacios laborales y sociales, y en discursos de odio que perpetúan la impunidad y la falta de justicia.
La orientación sexual no debe ser motivo de discriminación ni una barrera para el desarrollo personal de nadie.
Es fundamental que sigamos trabajando hacia una sociedad más inclusiva y justa para todos.