Viernes Santo: Jesús es crucificado y sepultado

Hoy es uno de los días más significativos y dolorosos en Semana Santa, donde muchos católicos y cristianos conmemoran el dolor y crucifixión de Cristo.

«Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?». ( Mateo 27,46 )

El Viernes Santo, es el segundo día del Triduo Pascual, mismo que recuerda la crucifixión y la muerte de Jesús de Nazaret, hoy los creyentes viven la Pasión y condena de muerte de Jesús por parte del romano Poncio Pilatos, tras proclamarse “Rey de los Judíos” y representa aquellos sufrimientos que soportó en el camino a la cruz en el Monte Calvario.

Según consta en los escritos de los Evangelios, el Hijo de Dios fue presentado a Anás, Caifas, Pilato y Herodes, tras la decisión de Pilato, quien en su primera presentación había solo mandado encarcerlarlo – pues no había visto delito alguno para sentenciarlo a muerte- en su segunda presentación y ante la presión de los Judíos, este se lavo las manos y entregó a Jesús para darle la muerte por cruz.

Una vez en manos de sus verdugos fue despojado de sus ropas, azotado y agredido con piedras. Tras humillarlo le colocaron una corona de espinas en la cabeza y le hicieron cargar su propia cruz hasta el Monte Gólgota (Monte Calvario), en las afueras de Jerusalén.

En su recorrido, cayó tres veces, lo que se representa con las tres caídas y en la última, donde sus fuerzas ya no daban para más, sus verdugos hicieron que Cirineo lo ayudará. Una vez que llegó a lo alto del monte fue crucificado junto a dos ladrones, Dimas y Gestas, y bajo un cartel que decía: «Jesús el Nazareno, Rey de los Judíos»,(INRI); fue entonces cuando pronunció las Siete Palabras durante su crucifixión.

Este día se presta para la reflexión y poner en paz el corazón y el alma, en este día también se recuerdan las siete palabras que dijo Jesús durante su crucifixión, antes de morir por dar su vida para la salvación de los pecados del ser humano, y que han sido escritas en los evangelios.

“Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34)

“Hoy estarás conmigo en el paraíso”(Lucas 23:34)

“Mujer, he ahí a tu hijo. Hijo, he ahí tu madre” (Juan 19:26-27)

“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (Mateo 27:46)

“¡Tengo sed!” (Juan 19:28)

“Todo está consumado” (Juan 19:30)

“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Lucas 23:46)

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