En cierta ocasión don “Lacho” como todos lo conocíamos era un quiotero de Tolimán y en ciertas temporadas iba al cerro para comprar su quiote y esta vez se fue por su carga en la cual se llevó 9 burros.
Pues bien, llego al lugar donde horneaban el quiote, compró su carga, la acomodó y se puso de regreso; venía con su carga pensando en sus ventas en eso ya casi para llegar a su casa empezó a contar sus burros una y otra vez y se decía para sí mismo “me falta un burro pero ya no me conviene regresarme mejor descargo y me regreso para buscar a mi burro”.
Cuando llegó a su casa le comento a su mujer: -Oye, fíjate que se me perdió un burro y nomás descargo y me regreso a buscarlo
A lo que le contesta su señora: – ¿estás seguro que perdiste uno?
-Sí, contesto y los volvió a contar aun estando montado y la señora se dio cuenta y le dijo
– viejo y ya contaste en el que vienes montado? y los volvió a contar pero esta vez contó en el venia montado y se dio cuenta que estaban completos y se dijo para sí mismo:
-Como eres tarugo Lázaro! pala otra fíjate bien.