Por Sebastián Dosal Maroto
«Niña hermosa,
Mujer preciosa,
Con sus besos color rosa
Esos días que tu te paseabas,
Con tu hermoso vestido hecho de sueños
Y tu cabello acomodado con muchos anhelos
Ohhh princesa de la eternidad,
Resplandece hasta la infinidad,
Nunca dejes de brillar
Porque tienes estrellas de a millar,
Dulcinea de Don Quijote,
Tu de mi
Y yo de ti
Pero sin necesidad
Solo con profundidad
El color de tus ojos,
Refleja miles de antojos,
Como el de ese atardecer de color rojo,
El olor de tu piel,
Pareciera ser de la más fina miel,
Pará saborear tus memorias,
Y poder crear así miles de historias
La canción que es tu voz,
Se siente en el tiempo como una Oz,
Cortando el tiempo, destrozando las horas
Y creando así un mar de auroras
Ohhh Reina de la eternidad,
Resplandece hasta la infinidad,
Nunca dejes de brillar
Porque tienes estrellas de a millar,
Dulcinea de Don Quijote,
Tu de mi
Y yo de ti
Pero sin necesidad
Solo con profundidad.»