Por José Ricardo Sánchez
Tal vez tú sabes lo que pienso de ti,
yo sé que me quieres decir.
No digas nada,
solo una mirada basta,
esos somos nosotros,
tú y yo:
aquellos a quienes llaman
los silenciosos.
No hace falta que hables,
tu sonrisa lo dice todo.
Tu boca callada
la alimentaré con un beso:
un eco provocado por
el murmullo quieto.
Los silenciosos no lloran,
ellos se abrazan y se besan.
Están juntos porque quieren,
yo no soy quien para juzgarlos.
Ellos están solos,
se buscan.
Saben que la noche es corta,
ahora viven y callan.